domingo, 16 de diciembre de 2012

Pueblos felices con gente feliz


Pueblos felices con gente feliz

Por Rodrigo Rieder

Es la tierra de los labriegos y pescadores

Pueblos del Cesar en Colombia. Pueblos fantasmas; pueden ser: Llerasca, en Codazzi; Higoamarillo, en Chimichagua; El Carbonal, en Rió de Oro; La Guajirita, en Becerril; Las Pitillas, en San Diego; Arjona, en Astrea. En fin todos los pueblos pequeños del Cesar, son; pueblos de olvido.

Parece como si existieran solo en la imaginación distorsionada de quien regresa de ellos; como me sucedió. Esos pueblos despiertan ahora la perplejidad y el asombro, sobre todo cuando los comparamos a cuando estaban vivos, en tiempo pasado. Ahora siguen viviendo un mundo aletargado y repleto de maravillas distintas.

Muchas viviendas están sin puertas ni ventanas, ya no hay ni ladrones, no se sienten los vientos del soñado progreso, ni tampoco los soles inclementes de calcinantes rayos sobre los tomateros o sembrados frágiles al calor; las viviendas están descoloridas y sus fachadas se parecen a las caras de los muertos, las calles permanecen cubiertas de olvido y de escobillas, de  animales vagabundos por los senderos de piedras o de lodo embarradores de los pies de caminantes.

Muchas sombreadas esquinas, no tienen el peladero habitual donde jugaron trompo y brincaron sobre peregrinas rayadas en el suelo, niños y niñas; se nota el panorama como una pintura inocente donde buscan refugio los desocupados, que en una gran mayoría son todos; allí se mezclan con mariposas; los burros, cerdos y caballos deambulantes por los caminitos perdidos en las lejanías, iguales a la soledad que muestra el poblado donde la mayoría de sus habitantes están sin oficio permanente.

Ayer regresó de Valledupar el hijo de David; en su romántica permanencia en Zapatosa,  se detiene siempre a escuchar el silencio, en el momento no percibe un solo sonido destemplado ni acorde; solo música de aves cuando cruzan el cielo con direcciones desconocidas o murmullos de personas hablando en forma lenta poniéndole melodía a la canción de sus existencias hasta el punto de que cualquiera puede interpretar ese silencio como él del olvido total, es todo lo escuchado en ese momento.

Muchos pobladores en las horas de la tarde se sientan en los bordillos de cualquier calle esperando la noche, así lo hace Beatriz, esposa de David. Ancianos en sus taburetes rumian el pasado y las mujeres englobadas por los embarazos esperan el momento de inaugurar sobre sus catres una nueva vida. David es un inventor de sus propias labores, teje descansos, igual a sueños irrealizables, mientras arregla canoas, pastorea el ganado o recoge los chivos.

En cada pueblo del Cesar igual a los de la mayoría de la costa colombiana, no hay lugar para la codicia, se nota la paz acompañando al olvido y a la indiferencia dándole la mano al silencio. En ese momento pasó una paloma desgarrando el viento con su vuelo lleno de desatino y desesperanza mientras David arreglaba la canoa de otro pescador; eso hacen los calafateros. Maneja los escoplos con destreza, tapa huecos por babor y estribor, acondicionó la proa y ahora desgarra una protuberancia en el interior de la pequeña nave, igual como se desgarra en su pueblo el progreso y la pujanza.

Anoche se acostó temprano, no llegó el fluido eléctrico a surtir de claridad una noche oscura y estrellada y, no pudo prender el bombillo de la sala de su casa de tierra por todos lados menos por el techo, donde la palma tejida y apretujada deja pasar una gotera sobre el televisor en  noches de lluvia persistente; vio descender las estrellas por hilos invisibles repletos de luz; soñó con los ojos abiertos y vio al pueblo flotando sobre sombras creadas por la oscuridad, la noche estaba repleta de mechones y lámparas titilantes, los cucuyos y las luciérnagas surcaban el calor en los matorrales de cualquier patio o en las puertas que dan a las calles de las viviendas.
Amaneció despacio y, despacio los labradores, ganaderos y pescadores se embarcaron en el aire y se dirigieron a sus sembrados, canoas o corrales para seguir administrando sus pobrezas.

No hay ningún monumento en la pequeña plaza. No hay estatua, ni fuente de agua de ningún material; solo algunas trinitarias que nunca se marchitan y que a pesar de sus filosas espinas, no hieren a quien las toca, solo perfuman los dedos de quien las acaricia; en torno a ellas danzan con inocencia los muchachos y muchachas enamorados entre si y, hacen entre ellos el preámbulo de la diversión que los llevará a fundar otras familias o a sus otras desgracias.

Alguien dijo: “éstos pueblos fueron fundados por pastores o labriegos en tiempos remotos y construyeron las primeras casas con paredes de lana y techos de pétalos de flores ahora muertas”.
David ordeña una vaca en un rustico corral construido con alambre de púas, son las cinco de la mañana, toma la espuma de leche más deliciosa del mundo manchada con unas gotas de café y adornada con la totuma más bonita del lugar llevada al corral con amor, por la compañera de sus 20 años de unión; una gallina cacaréa y un pequeño costal con yucas y plátanos es bajado de un burro por el vecino de patio, entrega un pequeño atado de huevos amarrados en forma de ensarta entre majaguas y cabuyas de fique,  pescado salado empacados en una caja de cartón que luego Beatriz guarda con esmero. Estaba entregándole a la mujer de su vecino parte de su esfuerzo cotidiano; solo para eso viven, comen con pasión, sufren con igual manifestación y todo los aconteceres de la vida los viven con ese sentimiento.

Igual David hará con el vecino en unos momentos, le mandará la leche de su vaca a la puerta de su casa, la semana entrante le entregará la canoa completamente lista para que Rufino se haga  a las aguas de la ciénaga de agua dulce más grande de Colombia.
Y así administrarán sus pobrezas ambos, sus familias y sus hijos jamás se quejarán y administran sus pobrezas igual a como lo hacen con la felicidad; se mueven dentro de un ambiente que para cualquier citadino sería incomodo con una facilidad pasmosa.
Allí la vida circula con calma, el tiempo transcurre sin la prisa como se siente en la ciudad; las jóvenes no saben de anticonceptivos y los muchachos mayores juegan como si fueran adolescentes; las bicicletas se observan entremezcladas con los burros cargados con cualquier cosa venida del monte; ¿esa es la Colombia realmente feliz? Si; esa sumida en el atraso, la Colombia que no tiene preocupaciones por el computador o por el vehículo que no llega a recoger los pasajeros; todo se toma con calma, donde los habitantes circulan sin una moneda en el bolsillo y todo lo necesitado pueden lograrlo; allí las arrugas en los rostros son profundas y permanentes igual al olvido en el cual se mantienen tras los años vividos, más no por las amarguras de esos seres que a pesar del sufrimiento que no sienten, realmente son los más felices de la patria.

En la tarde David se sentó frente al tronco de naturaleza muerta al final de la calle frente a su casa; Beatriz le preguntó, -Irás mañana a la ciénaga; -Si no debo perder la costumbre de tirar la atarraya, -te guardaré lo mejor para comer, -dile al nene que corte las hojas de plátano al momento cuando yo asome sobre la calle del campito, para así encontrar todo fresco y caliente; se dieron un beso y fueron al interior de la vivienda a hacer el amor.
 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿Debemos dar limosnas?


Por Rodrigo Rieder
 

Escribir sobre dar o no dar limosnas, es algo que he mantenido pendiente de escribir, hoy me atrevo después de negarle una limosna a una señora que llorosamente me la solicitó en una parada larga frente a un semáforo dañado en la calle 84 de Barranquilla. Inicialmente me sentí culpable y no sabía de qué después que la vi alejarse pidiendo entre las filas de vehículos.

Y es que el oficio de ser limosnero se ha vuelto un negocio en la ciudad y en el país; esto no quiere decir que no existan quienes necesitan de verdad, pero el pedir se ha vuelto una manera fácil de conseguir dinero y, no escribo “sin trabajar” porque muchas personas han tomado la mendicidad como una forma de laborar diariamente.

Este tema lo he considerado delicado por cuanto muchas personas creen que dando limosna contribuyen a solucionar algo en quién la solicita, ello contradice mucho con mis pensamientos pues una persona no soluciona su problema con lo que recibe, solo lo apacigua y en ese apaciguamiento se va dando cuenta de cuán fácil es conseguir sin compromiso, el recurso que le mitiga momentáneamente su necesidad.

Muchos jóvenes pueden trabajar, pero ganan más pidiendo limosna, y el tragar fuego y hacer malabarismo con peloticas, bolas u cuchillos no es de ninguna manera trabajo productivo, pero si fácil cuando se tiene la práctica para los malabares.

Algunos de los que piden en las calles fingen discapacidades para dar lastima, ya he sido victima patrocinador de algunos de ellos, hasta que los vi correr de la policía o beber junto conmigo en alguna barra o manejar mejor un carro que yo.

La mayoría de los niños los explotan sus padres, incluso hay algunos que los rentan para hacer de pedigüeños. Los que te dicen que tienen hambre se ofenden, aunque no todos cuando les ofreces comidas porque ellos quieren dinero para comprar droga, licor u otro menester de no urgente necesidad para la subsistencia o la de su familia. Respeto a los que venden algo, (chicles, semillas, pastillas, etcétera) y casi siempre les compro, salvo a los que piden “lo que sea tu voluntad” para causas justas comprobadamente fantasmas como viajes de regreso a su tierras,

Curiosamente en mí  casi siempre están los únicos que justifico que pidan ayuda, los ancianos, y sin embargo la mayoría de ellos trata de sentirse útil y digno, vendiendo algo. De las mujeres, ni hablar, es raro la que no trabaja ya sea vendiendo manualidades o semillas o chicles o lo que sea, pero a las demás nunca les doy nada.

Trabajo y especie

Sería bueno aplicar algunos aditivos a nuestra manera de dar. Por ejemplo si alguien llega pidiendo a tu puerta, puedes decirle que te barra la puerta, te limpie las ventanas, te lave el carro o algo así y le das algún recurso, ambos se sentirían bien al final de la operación; igual podríamos dar en especie; una comida, un vestido, unos zapatos, un consejo o cualquier cosa que alivie el peso que lleva quien “limosnea honestamente”.

Algún sabio dijo: “Quien se acostumbra a pedir, no trabajará nunca más, sobre todo cuando convierta la mendicidad en su trabajo”.

Por ello he considerado efectuar un análisis profundo a la persona a la cual se va a favorecer, porque de pronto en vez de hacerle un bien, le estaríamos ayudando a causarse un mal invirtiendo el recurso cedido en droga, licor, juego o atesoramiento revestido.

Dice el diccionario de la lengua española que tan limosnero es el que da como el que recibe, igual se le dice a la bolsa donde se guardan las limosnas y que el ejercicio de pedir se llama limosnearía.

Se entiende como indigencia al ingreso insuficiente para cubrir una canasta básica de alimentos, vestimenta para un individuo o un hogar, pero no a los que piden por las calles. Vagabundo es el ocioso holgazán que anda de una parte a otra, quien no desempeña ningún oficio, duerme en la calle, pide y no tiene domicilio.

Cómo pordioseros son tildados aquellos que piden en nombre de Dios, de ahí su nombre y por lo regular se vuelve habitual en él pedir limosnas. En fin debemos tener cuidado con nosotros mismos cuando vamos a dar  ya sea a un limosnero, pordiosero, mendigo, indigente, pobre, menesteroso, pedigüeño, vagabundo o vagamundo, eso para sentirnos bien después de dar lo que consideremos se merece quién nos pide.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Juan sin Miedo comprende a Papo.


Por Rodrigo Rieder



Juan sin Miedo era un soñador que siempre pensó que la vida estaba llenas de simplezas y así trataba a todos los seres que conocía, hasta el punto de confiar en la honestidad de la gente a pesar de que se daba cuenta de quién o quienes mentían; se hacia el que creía y seguía por la vida cada día conociendo más de ella. “Llegué a creer ser dueño de mi vida, hasta que un sacerdote me dijo que mi vida pertenecía a Dios”; comentó una vez cuando alguien le dijo que solo era propietario de una posible pensión que no había tramitado.

Se había modernizado hasta el punto de manejar computadores, tablas electrónicas, teléfonos celulares, juegos de videos y demás, pero de nada le servía pues algunas veces recibía humillaciones de los propietarios físicos de los elemento por ocuparlos, basado en la forma simple como él veía el mundo. “Pensé equivocadamente en el desinterés de las personas”; dijo a su amigo de Oaxaca, una vez que recibió su visita en una vivienda que compartía en el sector viejo de Tampico.
Juan sin Miedo, nunca odió a nadie; ni siquiera a los que los trataban con desdén a pesar de estar emparentado con los que le hacían desplantes solo porque los incomodaba con su presencia en el lugar que ellos antes ocupaban. No fumaba, no era amigo de los juegos de azar, no consumía licor, ni drogas alucinógenas, pensaba que la mentira era una falsedad genuina o una falsedad selectiva y la usaba cuando deseaba mostrar algo en su estilo particular de decir las cosas, pero se trataba de un hombre sano. “Mentir es un recurso fácil de valer sin tener que pasar por esfuerzos ni penurias, aunque el precio que se corre es la posibilidad de ser descubierto”, así pensaba él de la mentira.

Tenía un carnal que como Sancho Panza siempre lo acompañaba a todos los lugares por donde circulaba, igual al “Quijote”. Con él discutía muchas cosas en silencio, pues había aprendido a hacerlo después de varios altercados donde prefería silenciarse para mantener el aprecio por su carnal, quién además hacía de confidente medio fidedigno de todos sus secretos. Pepe era agresivo y mal hablado en muchas oportunidades, pero Juan sin Miedo aprendió a manejar de cierta forma su temperamento logrando minimizar las bochornosas discusiones que en la mayoría de las veces se ocasionaban por circunstancias baladíes.

Juan sin Miedo, hombre muy hábil en manualidades e ideas, se enredaba muchas veces en sus pensamientos y en sus palabras, haciéndoselas incomprensibles a Papo; quien, por su parte, recurrirá a los refranes o a hechos pasados y sucedidos en su familia para compensar su ignorancia en muchos temas. Algunos ejemplos son:

• Donde una puerta se cierra otra se abre

• No es con quien naces, sino con quien vivas

• De noche todos los gatos son pardos

• Ándeme yo caliente, ríase la gente

• Cuando a Roma fueres, haz como vieres



Igual Papo, se mostraba iracundo y rabioso cuando se equivocaba en algún acontecer, dicho o hecho o cuando Juan sin Miedo hacia las cosas a su entender desconociendo las indicaciones de su carnal.

Juan sin Miedo jamás se interesó por el dinero, jamás hablaba de él, ni hacía referencias a los esfuerzos que hacía para complacer a los de su entorno, no se creía una persona excepcional, peri si le gustaba que las personas que amaba y aunque fuesen pocas, le dieran su valor frente a los demás, él lo hacía así y exteriorizaba siempre: “quién crea quererme debe amar a las personas que yo amo”, así andaba por su México del alma, cantando rancheras, amando los cactus de su Sonora del recuerdo que enterró aquel día que decidió caminar por la vida junto a Papo.

Una vez llegó a casa de Juana, una vieja amiga de Tampico y al presentarle a Papo le dijo: “tú eres mi familia pero esta persona que te presento me acompaña en mis triunfos que son pocos y, en mi derrotas que son muchas; por lo tanto, si me aprecias debes quererla”. Papo se sorprendía cada vez que esto sucedía, pues él hacía lo adverso o callaba cuando se encontraba frente a los suyos y, pensaba en su interior que al hacer lo mismo, mancillaba su orgullo o lo tildarían de débil en un circulo donde quería aparentar una fortaleza ficticia.

Papo, creador de refranes igual que Sancho Panza le recordaba en sus discusiones a Juan sin Miedo la ojeriza aparente que percibía de su amigo para sus familiares, cuando en realidad las cosas estaban a lo contrario; Juan siempre guardaba silencio y pensaba sacando a flote en su pensamiento, uno de los refranes de Papo “el tiempo será el mejor testigo”.

Hoy estuvieron juntos en el estadio de Pachuca, despidiendo al ex jugador de futbol Miguel Calero, quien falleció en un hospital de la capital después de sufrir un paro cerebral, llegaron a un lugar apartado antes de que sacaran el ataúd a la gramilla y llorando se abrazaron mientras Juan sin Miedo le decía a Papo “donde están los que te decían que eras el mejor, los que te buscaban en momentos de tu gloria o cuando acababas de cobrar la quincena; acá solo estamos los que te queremos de verdad.

Salieron paralelos y respiraron el aire puro de la ciudad hidalga, airosa y bella de Pachuca, se perdieron a la distancia prometiéndose mutuamente el abandono a los rumiajes de sus recuerdos pasados y pusieron la vida en el horizonte rojizo de esa tarde llena de lágrimas y recuerdos.

jueves, 4 de octubre de 2012

"ROYCE"Bar en Barranquilla calle 84

“Royce”Bar, un sitio hermoso en Barranquilla, ubicado en la calle 84 #44-49, teléfonos 304 9260 y 304 9259, atendido por sus propietarios: Rodrigo Rieder y Cecilia Buendía.

Allí se pueden disfrutar cocteles deliciosos, cervezas auténticamente frías, vinos, rones y el delicioso Old Parr, en la terraza tropical o en el salón “Raíces”, con aire acondicionado y butacas abollonadas y música a gusto de los asistentes.

Es un sitio especial para parejas y pequeños grupos a los que les guste departir escuchando buen y agradable sonido.

Pantalla para los partidos

Los partidos del rentado colombiano y especialmente los del Junior y la Selección Colombia pueden verlo los asistentes, cómodamente ubicados y buen clima en “Royce” Bar,

Cumpleaños

En "Royce" Bar, le prestamos gratis nuestro salón y terraza para que invite a sus amigos y festeje su cumpleaños, solo debe avisarnos y apartar la disposición dos días antes de la celebración, además le regalamos el ponqué o torta con su respectiva velita. Llámanos al 304 9260 o 304 9259

martes, 13 de marzo de 2012

GERMAN: AMIGO



GERMAN PIEDRAHÍA: UN AMIGO DEL ALMA


Rodrigo Rieder

Hoy martes 13 de marzo resolví pasar a la clínica y visitar a mi amigo y colega Germán Piedrahíta. Después de todos los protocolos de entrada subí al séptimo piso y, en el cuarto 14 estaba sonriente mi amigo, con un tubo conectado a su tráquea, una aguja permitía el ingreso destroza a su brazo derecho y otro tubo plástico llevaba alimento a su estomago.
Ángela su hija había quedado en las afueras del establecimiento para permitir la entrada de Cecilia y mi persona, afuera una brisa persistente y fría sacudía la ropa de los cientos de transeúntes que colmaban las calles llenas de automotores, carretillas, bicicletas y demás elementos de movilización usados por las personas que alcanzábamos a mirar por el vidrio de la ventana.
Germán dibujó una sonrisa en su rostro que me transmitió alegría, nos tomamos de la mano y le hablé de lo cotidiano, el tomó su libreta para comunicarse y me escribió continuamente a cada pregunta mía sobre el tratamiento recibido en el dispensario. Bajé la vista y leí unas líneas que él había escrito en su soledad, de verdad me conmovieron, estás decían, palabras más o palabras menos: “Pronto me levantaré de acá de este lecho y volveremos a caminar tomados de la mano hacia el parque y miraremos los rieles del tren como lo hacíamos en aquellos tiempos”
Supongo que estas frases estaban dirigidas a Silvia su esposa. Hablamos o hablaba yo, el escribía con optimismo sobre su mejoría, en cuanto al dolor y a la comodidad que presta el establecimiento y de los trámites realizados por su familia en Valledupar, donde la EPS que a él le corresponde se demoró tanto para seguir el procedimiento que requería su enfermedad hasta el punto que hoy mantiene un tumor del tamaño de una pelota de ping pong en la garganta.

Él espera el resultado de una biopsia para saber que seguirá en el tratamiento que al parecer se hará todo acá en Barranquilla, Ángela su hija acompañada de su novio continuamente haces esfuerzos porque las determinaciones de la administración y el cuerpo médico del centro hospitalario sean rápidas, acertadas y de buen procedimiento para el enfermo. Ellos tras noches de trasnocho y esfuerzos cuidan con esmero a un Germán que se deja ver optimista, pero que la preocupación le deja ver pasajes de nostalgia y añoranzas, entre ellas le denoté las ganas que tiene de ver a su Silvia del alma.


Cecilia y yo nos despedimos después de 40 minutos de visita, le noté un respirar profundo y ronco por el tubo que sale de su garganta, me señaló el papel donde me decía que estaba pesando 50 kilos, que había ido al baño dos veces en el día y que no tenía dolor alguno, puse mi mano en su frente y le vi resbalar dos lagrimas en silencio, las acompañó con una sonrisa y me dio la mano, me dijo algo que leí en sus labios por donde no salían solo movimientos: “gracias amigo; amigo de verdad.”
Escribió luego sobre su libreta y al pasármela leí: “Consígueme un libro para leer”. Miré en silencio y mandé mensaje al cerebro para volver mañana trayendo debajo de mi brazo el pedido de mi amigo enfermo y esbocé un pensamiento que me pasó por la mente:




Alargo al enfermo el paso, y vuelvo,



cuantoalargo el paso, atrás el pensamiento;



no vuelvo, que antes siempre miro atento



la causa de mi gozo y de mi preocupación.

lunes, 5 de marzo de 2012

DIA DE LA MUJER



Por Rodrigo Rieder

*El excelente día para el mejor ser del universo

Me acuerdo del año 1957 cuando el entonces presidente de Colombia Gustavo Rojas Pinilla convocó a un plebiscito en Colombia y se incluís el derecho al voto para las mujeres del país.

Esa mañana conocí el significado de esa palabra y cuando me explicaban el porqué del plebiscito me detuve a mirar la belleza de una mujer que iba caminando frente a la vivienda de Miguel
Chinchia, vestida de negro, con una tul transparente e igual blusa dejaba ver las tirantas de sus brasieres, llevaba un peinado bomba alta, y taconeaba desafiante con su hermosura frente al grupo de hombres que la observaba.

A mis 7 años y en esos momentos inicié mi valoración a este poderoso ser de la raza humana. En otra oportunidadme detuve a mirar a una señora desde el interior de un bus urbano en Barranquilla; ella desde la acera alzó con dificultad la mano para indicarle al chofer que deseaba abordar, llevaba puestos unos zapatos altos, sobre su brazo
derecho sostenía a un bebé y agarraba a otro niño con la mano derecha; pero
como si fuese poco, sobre su hombro colgaba un bolso largo y pesado al parecer
por lo alargado de sus asas, una bolsa plástica con algunos contenidos estaba
apresado con el brazo que sostenía al bebé.

La minifalda y los aditamentos agregados como aretes, collares y pulsera no fueron obstáculo para que este retrato viviente se montara en el bus y pasara con incomodidad la registradora;
“ya le pago” indico al chofer, a medio agarrar para no caerse y asegurando a los niños con lo poco que le quedó libre en sus piernas y manos, sacó un billete arrugado y pagó, luego buscó un lugar donde sentarse dando traspiés.

Ese día me hice una pregunta: “será capaz un hombre de hacer esta maroma”, me la respondí con duda: “creo que no”.

Cualidades especiales.

Ellas sonríen si quieren gritar, cantan si quieren llorar, lloran si están contentas y ríen si
están nerviosas.
Las mujeres tienen fuerzas que nos asombra a los hombres. Ellas cargan niños, penas y cosas pesadas, sinembargo, tienen espacio para la felicidad, el amor y la alegría. Ellas sonríen
cuando quieren gritar, cantan cuando quieren llorar, lloran cuando están contentas y ríen cuando están nerviosas, esperan una llamada por teléfono de su hombre avisándole que llego sano y diciéndole que la extraña.

Las mujeres tienen cualidades especiales., se ofrecen para las causas buenas, son voluntarias en hospitales, llevan comidas a los necesitados, ellas trabajan como niñeras, amas de casa,
abogadas y solucionan disputas entre niños y vecinos, usan trajes, vaqueros, uniformes y minifaldas. Las mujeres recorren largos caminos para conseguir la mejor escuela para sus hijos y la mejor atención para la salud de su familia.

Ellas no aceptan un "no" como respuesta cuando están convencidas que hay una solución.
Las mujeres escriben una carta de amor a su hombre y saben pedir perdón y perdonar. Son inteligentes y saben de su poder, sin embargo, saben usar su lado suave cuando quieren conseguir algo, las mujeres se alegran o lloran cuando se enteran de un nacimiento o
matrimonio. Saben que un abrazo, un beso y un "te amo" puede
sanar un corazón roto.

Una mujer puede lograr, que una mañana, una tarde o una noche romántica sean inolvidables.
Las mujeres vienen en todos los tamaños, colores y formas; viven en casas, cuartos, cabañas.
Ellas corren, manejan, caminan o usan el computador; el corazón de una mujer es lo que hace girar el mundo; todo lo que ellas quieren es un abrazo, un beso, una caricia. Las mujeres tienen mucho que decir y mucho para dar, la belleza de la mujer no está en la ropa que lleve, la figura que tenga o la forma en que se peine.
La belleza de una mujer debe verse en sus ojos, a través de ellos, porque es la puerta a su corazón, el lugar donde el amor reside. También se refleja en su alma. Es el cuidado que ella le da a la pasión para estar con el que ama a quien se entrega inocentemente.
Es el cuidado que ella le da a su amado cuando está enfermo o cuando le prepara una taza de café en las mañanas o en las noches; la belleza de una mujer con el paso de los años crece hasta el infinito.

La mía, o yo él de ella.

Morena clara, cartagenera, amante de la limpieza, excelente para encontrar detalles, dadivosa, familiar, no le gustan las cirugías estéticas, le fascinan los juegos en el computador y los de naipes, nerviosa, no le caen buen las cucarachas, las hormigas ni los mosquitos; le encanta el arroz con leche, los dulces y los bocadillos.

Malgeniada e impulsiva. Con estas tendencias me ha llevado a aprender muchas cosas que las mujeres reclaman en cuanto a comprensión, tolerancia y paciencia; le gusta vestir bien y hacer
compras, colecciona zapatos y bolsos que luego regala aún sin usarlos.

A Cecilia la atacan los nervios cuando algún malestar llega a mi cuerpo
y por ello he adoptado silenciar mis dolores, solo para verla sonreír siempre
con esa expresión tan hermosa con la que un día me enamoró en la Plaza Santo
Domingo en Cartagena; agarrado de su mano he recorrido gran parte del país y hemos soñado juntos en un sendero de Boyacá, en un Festival Vallenato o en cualquier playa del Caribe Colombiano.

No despertamos regularmente a medianoche a contarnos historias largas y
cortas que terminan en pasión, le canto canciones al oído, le hago cosquillas y
luego roncamos sin sentirnos, hasta cuando despunta el sol; compartimos la vida
sin afán y nos miramos de frente, de cuando en cuando para reafirmar nuestros
sentimientos.

“Siento que soy dueño del mundo cuando te tengo a mi lado”, le digo cuando la enamoro más de dos veces diariamente, ella lo sabe pero se lo recalco y me entiende que no tengo nada: solo a ella. Lo material es superfluo ante esta grandiosidad del amor que nos damos y nos decimos: “nada es
tuyo, nada es mío, solo el amor es de nosotros”.

Un vehículo, una finca, un apartamento, una hoja de papel, una mancha en
el mantel o el vestido, computador, arete u oropel de cualquier tamaño o color no entorpecerá jamás en su funcionar a nuestra relación, por cuanto ella es más grande y significativa que cualquier
cosa que nos rodee.

Y aúno en mí entender el valor humano que hay en el entendimiento y
proceder de cualquier mujer, ellas todas son hermosas, pero la mía es más bella que todas.

Día de la mujer

Aunque para mí todos los días son para Cecilia, hoy cuando se conmemora este día dedicado al ser más maravilloso del universo: La Mujer. Deseo por este medio hacerles llegar a todas mis más grandes sentimientos de confraternidad y pido perdón a todas, por todos los hombres, tras la discriminación a que fueron sometidas en el pasado y eso de haber logrado el derecho al voto, al pleno derecho de ocupar cargos públicos en igual proporción a los hombres o a ser profesionales y a no ser discriminadas, es algo que nunca debió existir por
cuanto ellas son las dueñas de la vida, pues son dadoras de vida cuando son
madres.

GRACIAS MI CECY POR HACERME TAN FELIZ

sábado, 4 de febrero de 2012

CODAZZI: TIERRA DE RECUERDOS



Por Rodrigo Rieder

“Hay cosas bellas en la vida que solo con la muerte pueden
acabar”. Así comienza una hermosa canción de Emilianito Zuleta que escuché
estando jovencito en Codazzi. Ese pueblecito que me vio nacer en la “Calle del
Toro” un 20 de mayo de 1950.
La vivienda donde reside Basilio detrás del cine Tiyico,
recibió mis primeras travesuras y las inquietudes de mi papá, quien volaba
cometas con luces originadas por focos de manos
instalados en sus estructuras que hacían de los momentos un espectáculo que
llenaba la as puertas de mi casa en las oscuras noches del Codazzi sin energía eléctrica
en las primicias de los años de la década de los 50s.
El agua para el consumo
humano se vendía en burros por los jóvenes muchachos que antes de ir a clases
traían de las múltiples acequias, el precioso liquido con que se llenaban las
tinajas; me acuerdo que cuando estaba más grandecito en la tienda de nuestra vivienda había un radio tan grande como
una butaca, el cual tenía un bombillo verde que se encendía una vez se
calentaba y comenzaba a funcionar después que se prendiera un motor para
generar la energía que servía para alumbrar las noches hasta que nos acostábamos.
En la mañana de los domingos iba a misa con mi abuelo
Rodolfo y nos poníamos a presenciar alguna travesura de mi padre Mauricio
Rieder, quien hacia piruetas en una bicicleta de doble marco en tamaño
fabricada por él mismo y de las continuas bromas y pases de magia que hacía
para divertir a los que asistían a la gran segunda tienda del centro (la primera
pertenecía a mi abuelo).
Mi madre Dilsa Durán, quedaba acompañada de Rosalía y Martha,
dos muchachas de 7 y 8 años en esa época y las cuales habían criado mis abuelos
desde bebes después que su madre, una indígena yukpa la picara un alacrán en el
seno y muriera por tal fatalidad.
En algunos momentos de esa juventud íbamos a La Palestina,
una finquita de propiedad de mi familia materna al lado de
El Cairo y donde después de muchos años funcionó una pista de aterrizaje
de avionetas de fumigación (Fadeco), donde había toda clase de frutas y se
procesaba la caña de azúcar para hacer panela.
Fueron los mejores y mayormente disfrutados años de mi niñez,
en esa finquita fui un niño repleto de felicidad; mi tía teresa me regañaba
cuando corría detrás de las gallinas. Toribio, Mabel, Antonio, Beatriz, Carmelo
y Julio eran unos muchachos que no sé porqué razón quedaron sin padres y fueron
criados allí sin ningún requerimiento económico por parte de ellos, ni
distinción frente a los otros primos míos, ellos también se consideraban
familia por todos nosotros.
En La Palestina se cosechaba arroz, maíz, plátano, yuca y
habían sembrados menores para complementar la alimentación como ajíes,
cebollincitos, limones y demás. Los frutales de todo género en clima caliente
estaban sembrados a la entrada de la estancia por donde también corría una
acequia de fresca y limpia agua que después con el paso de los años
desapareció.

LOS QUE ME QUEDAN
De los hijos de la hermana de mi mamá o bien sea Teresa quedan tres hijos que residen en el barrio
Las Delicias: Luis Felipe Rodríguez, Marcelino, José Alberto; Mariana habita en
Barinas Venezuela con su familia, ya murieron tres hermanas de ellos: Esther, Rosa
y Edith Marina.
Esa es la familia con todos sus descendientes, que me queda
en Codazzi aparte de dos hijos Ulises Rodolfo y Efer Amid junto con sus hijos.
La última vez que fui a mi tierra me emocioné tanto que
lloré a la entrada donde está ahora una guitarra, recorrí las calles con una
calma de misionero, Cecilia me observaba con detenimiento y cuando llegué donde
Felipe, o bien sea El Ringo, así le dicen en el pueblo desde cuando se
emocionaba cuando presentaba películas como operador de maquinas en el cine
Tiyico de tal personaje pistolero que a él lo emocionaban mucho, me emocioné
mucho y hable hasta tarde de la noche hasta cuando el sueño me reclamó en la
cama en las horas de la madrugada.
En una de las vueltas que di por el vecindario encontré a
Marcelino y su esposa Elba sentados como dos palomitos en la puerta de su casa,
a José Alberto no lo vi, pero para él tengo reservado mi próximo viaje a la
ciudad de mis ancestros.
Salí en la mañana con destino a Bucaramanga, pasé nuevamente
por las principales calles de mi pueblo, todo está cambiado, las casas están desteñidas,
los personajes de mi juventud están cansados en su caminar y la piel se les ve
un poco ajada, mucho pavimento en sus calles, el agua no llega a los hogares
continuamente y hay muchas bicicletas y mototaxis recargando el diario
trajinar, en fin es otro Codazzi distinto al del Pozo de la Vuelta, al Siderio,
al de los ruidos temprano de los motores de las avionetas y al de los gritos de
los voceadores que requerían trabajadores para relear o recolectar algodón en las fincas.
Besé a Cecilia al pasar por el lugar donde una vez existió
La Palestina, no hay gran cosa allí ahora, no existe nada sembrado, la tierra
está árida y no hay ninguna acequia, el Pozón está seco y solo cuando pasamos
por Motilonia vi fertilidad.
Me llevé los recuerdos los guardé en el ganchito de las
cosas hermosas contenidas en mi libro y me dedique a vivir el presenta que hoy
me regala la vida al lado de una hermosa mujer.


miércoles, 11 de enero de 2012

DESAPARECIÓ LA FIGURA DEL FRAY


*Uno de ellos ayudó a forjar mi vida, otro me enseñó a ser laborioso.

Por Rodrigo Rieder Durán

Las primeras enseñanzas que recibí fue de un fray en Codazzi. Como no recuerdo el
nombre de ese enérgico hombre que con libros FTD, catecismo Astete y cartilla Alegría de Leer, me enseñó las cuatro operaciones matemáticas básicas y lo concerniente a y esencial en gramática, higiene, urbanidad, historia patria y cívica, quiero rendirle un homenaje a ese
primer religioso anónimo quién en épocas de Rojas Pinilla me enseñó a ser
conservador.

El homenaje es a la figura de Fray, hoy casi perdida en la vida de los religiosos católicos occidentales del profesor de mi vida arriba citado; esa deferencia la centro en Fray
Carmelo de la Punta de Valencia.

Él había llegado a Colombia en el año de 1894, recorrió la Guajira al lado de las Terciarias Capuchinas luego fue a San Sebastián, hoy Nabusimake llegando a Codazzi en la década
de los 30. Fray Carmelo había nacido en el caserío marítimo de la Punta (Valencia) el día 7 de enero de 1883. Se le puso por nombre Ramón. Su madre, Vicenta Real, murió a consecuencias del parto. Su padre, José Rodrigo, le educó cristianamente y desde muy jovencito lo dedicó a las faenas agrícolas.

Desde entonces sintió la vocación religiosa que él alimentaba colaborando con el cura párroco de Valencia España, tierra donde nació mi abuela paterna Paulina Tenas Anglés de Rieder.

EN CODAZZI CON JUBILO HIMENSO

Fray Carmelo, un hombre de escasa cultura académica, pues solo había estudiado unos cursos de primaria en la escuela de su pueblo, se convierte poco a poco en un hombre imprescindible en marcar las directrices pastorales en el trato con los indigenas motilones.

En esta primera etapa tiene la oportunidad de adentrarse en la cultura indígena y chapurrear el idioma yuko en la zona de Becerril, que en esos tiempos pertenecía al municipio de La Paz, igual a Codazzi. Acompañaba al sacerdote Camilo por las distintas rancherías de los indigenas esparcidas por toda la sierra de Perijá (San Jenaro, Sokorpa, Sokomba, Sikakao, San José, La Cumbre, Sikarare, El Milagro, etc...). Incluso, en ocasiones, le tocaba estar sólo. Estando en Becerril con el padre Camilo les llega la noticia de que el invierno ha arrasado la casa misión de la sabana de San Jenaro. Carmelo es enviado a arreglarla por parte de su superior y lo logra..

Ya curtido misionero, le habían destinado a ejercer labores domésticas sucesivamente en los recién inaugurados orfelinatos de San Sebastián y La Sierrita, para incorporarse definitivamente mas tarde a Codazzi a partir del año 1935. Desde entonces, Codazzi se convertiría en su hogar, su delicia, el objeto de sus amores.

En Codazzi, aparte de atender a los niños del internado y a los indigenas que con cierta
periodicidad bajan de la sierra, se dedica a cultivar la huerta de la Trinidad, contigua al orfanato,donde está actualmente el cementerio de la población "que estaba hecha un esqueleto e invadida por cerdos salvajes que andaban por la zona en esa época."

Fray Carmelo la convierte en un vergel de esperanzas, aprovechando el canal, que desde el
río Espíritu Santo conduce las aguas hasta el actual Codazzi, hoy esas asequias desaparecieron y que fueran construidas por el padre Andrés de Oliva, al fundar el pueblito muchos años atrás con el nombre de Espiritu Santo en el siglo XVIII.

En la finca construye varias acequias que riegan los distintos bancales y produce en
abundancia las hortalizas propias del terreno.

En 1947 Carmelo recibe el mandato del Superior Regular de escribir sus memorias misionales. Con toda humildad pone manos a la obra, a pesar de cometer tres faltas de ortografía cada dos palabras, dejó un escrito interesantí­simo, vivo y descriptivo de lo que es la vida de la misión y del misionero.

Recién llegado a Codazzi en esa segunda etapa de vida misionera, Monseñor Bienvenido
le encarga la delicada misión de acompañar al etnólogo alemán Doctor Gustavo Bolinder, quien se bajó en casa de Rodolfo Rieder Herold, mi abuelo y esposo de Paulina Tenas, en una expedición científica por la Sierra de Perijá.

Acertada elección de un baquiano del terreno y de la cultura indígena. Se detuvieron en San Jenaro, Menastara y Sikakao, y de vuelta por Ven­ezuela, regresaron a Colombia. Bolinder encontró en la persona de este sencillo misionero un gran caudal de datos científicos, que recogió en su obra "Indios de los Nevados Tropicales", y en diversos artículos publicados en revistas
científicas alemanas

La última vez que lo vi en la parroquia llevaba una llave en la mano para abrir un depósito de chécheres viejos que le había encargado el padre Generoso Ballestas por allá en los años de 1966 si no estoy mal recordando.

Fue enviado a España por la curia ya viejo por el Obispo Roigs y Villalba. Al despedirse, Fray Carmelo, nimbado de ternura y sencillez, le dice al obispo: "Papaito, ¿puedo seguir siendo su cirineo?". Y fundiéndose en un fuerte abrazo, hasta derramar abundantes lágrimas, el obispo le contesta: "Tú seguirás siendo mi cirineo, hasta el día de mi muerte". Fray, Carmelo murió en Valencia con fama de santidad el 4 de febrero de 1977.

Hoy lo recuerdo con la nostalgia del hombre maduro, como el codasence que vivió etapas en su pueblo y que hoy las recuerda con cariño, como deben recordarla muchos de mis paisanos regados por el mundo.

QUE ES SER FRAY

Fraile, del latín "frater"significa hermano, es el nombre utilizado para referirse en la Iglesia Católica a losmiembros de las Órdenes Mendicantes nacidas en el Siglo XIII predicando la renuncia a las riquezas materiales y la acción apostólica y evangelizadora. El significado de
"hermano" implica la existencia de relaciones de fraternidad entre los integrantes de la comunidad. En estas órdenes (Dominicos, Mercedarios, Franciscanos, Agustinos, Carmelitas, etc.) es común utilizar el término "fray" como prefijo; ejemplo: fray Bartolomé de las Casas.
Un fray se diferencia de un monje o cura en que su ministerio lo lleva a trabajar por el Reino de Dios fuera del monasterio, mientras que, tradicionalmente, el monje o cura de otros tiempos normalmente no salían de su monasterio o parroquia, en el que se dedicaban a la oración y las labores internas. El monje se identifica con su monasterio mientras que los frailes suelen ser cambiados de lugar según los superiores lo necesiten.