Porqué la suegra de lo los individuos que conforman una
pareja no puede ser amada como una madre, aunque algunas de las suegras son
despreciadas, otras queridas; pienso que con la mía hubiese sido un buen yerno.
La conocí una mañana de mayo un día cualquiera del año 2003,
estaba sentada en la puerta de la terraza de su apartamento del edificio Acuarela en el barrio Crespo de
Cartagena; al verme sonrió y me dio le entrada a su vivienda, como se da un regalo que llena de
satisfacción a quien lo da y a quien lo recibe.
Una mesa grande me dejó pasar a la especie de terraza que
dejaba mirar los transeúntes de la calle 65; allí sentado esperé a Cecilia
quien llegó sonriente y parlando cosas dulces, me habló de su madre como quien
se refiere a lo más dulce que Dios haya puesto frente a sus ojos.
Hablé más con la señora Cecilia González de Buendía que con
la hija a quién ya sentía amar con esa fuerza que no sabes por donde te empuja
a amar.
Me preguntó mi origen y mi condición de hombre de pelo rubio
y de ojos verdes; le conté mi descendencia alemana y vallenata, de mis viajes
por el exterior, de mi condición de periodista, locutor, diseñador, editor,
fotógrafo y presentador de radio y televisión.
Ella se limitó a presentarme a Jennifer su nieta, al único
yerno que tenía y a hablarme de cosas que hoy encuentro desvanecidas por el
tiempo en esta memoria que camina hacia
la senilidad a pasos agigantados.
A mi regreso a Valledupar y con el paso de los días tras una
escabrosa relación de ajuste con Cecilia, un día de septiembre llamé a mi bella
novia por teléfono y la encontré sollozando desesperadamente; allí supe que
estaba sin suegra; un cáncer se la había llevado en el Hospital de Bocagrande;
creí que la ineptitud de los médicos dejaron partir a mi suegra, pero callé
después de oír los acontecimientos de los últimos momentos de su tratamiento en
el centro asistencial.
Entre ir y venir a visitar a Cecilia conocí muchos detalles
de esa hermosa mujer a quién me hubiese gustado tener al lado y disfrutarla como
suegra-madre durante estos nueve años que llevo unido a su hija, a quien he
enseñado y de quien he aprendido muchas cosas que en mi vida pasada hubiese
mirado de otra forma.
Lo bonito de estos pensamientos y sujeciones, radica en la
forma como nos hubiésemos querido, no
creo que hubiese sido indiferente a mis detalles, ni al cuidado como trato a su
hija, pues a ella también la hubiera tratado igual, y si acaso mejor por su
condición de mujer frágil a causa de los años vividos.
En todo caso hoy es día de la madre y a ella, tras el poco
trato que nos brindamos y al sentir y ver como la amó mi Cecilia hermosa, yo
también la hubiese querido con la misma fuerza que a mi madre.
Hoy es día
de la madre y a mi suegra en el más allá quiero
hacerle llegar mi pensamiento plasmado en estas rimas que me salen del corazón
y que el cerebro me permite plasmar en este escrito para expresar como la
siento dentro de mi ser.
A
la señora
Cecilia
González de Buendía
GRACIAS
POR HABER SIDO MADRE DEL SER QUE ADORO
QUE
PARA MI ES UN TESORO.
SU
AMOR DE MADRE NUNCA SE ACABARÁ, ACÁ ESTÁ SU HIJA
A
QUIÉN DESEO MOSTRARLE QUE AUNQUE ELLA Y YO
ESTEMOS
SIEMPRE JUNTOS; USTED SIEMPRE OCUPARÁ
DE
SU CORAZÓN LA MAYOR PARTE.
GRACIAS POR
SER LA MADRE DE MI ESPOSA,
PORQUE DE SU VIENTRE NACIÓ LA NIÑA MÁS HERMOSA.
PORQUE DE SU VIENTRE NACIÓ LA NIÑA MÁS HERMOSA.
GRACIAS POR
HABERLA CUIDADO COMO UN TESORO,
Y PERMITIRME CUIDARLA DE ESE INSTANTE EN ADELANTE.
Y PERMITIRME CUIDARLA DE ESE INSTANTE EN ADELANTE.
GRACIAS POR SU SONRISA EL DÍA QUE NOS CONOCIMOS
POR SUS GANAS DE VIVIR Y POR DESEARNOS EN SU SILENCIO
QUE FUÉSEMOS UNA FAMILIA MUY FELIZ, ASÍ SE LO PERCIBÍ
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