sábado, 11 de mayo de 2013

SUEGRA MADRE

Por Rodrigo Rieder


Porqué la suegra de lo los individuos que conforman una pareja no puede ser amada como una madre, aunque algunas de las suegras son despreciadas, otras queridas; pienso que con la mía hubiese sido un buen yerno.

La conocí una mañana de mayo un día cualquiera del año 2003, estaba sentada en la puerta de la terraza de su apartamento del  edificio Acuarela en el barrio Crespo de Cartagena; al verme sonrió y me dio le entrada a su vivienda,  como se da un regalo que llena de satisfacción a quien lo da y a quien lo recibe.
Una mesa grande me dejó pasar a la especie de terraza que dejaba mirar los transeúntes de la calle 65; allí sentado esperé a Cecilia quien llegó sonriente y parlando cosas dulces, me habló de su madre como quien se refiere a lo más dulce que Dios haya puesto frente a sus ojos.
Hablé más con la señora Cecilia González de Buendía que con la hija a quién ya sentía amar con esa fuerza que no sabes por donde te empuja a amar.
Me preguntó mi origen y mi condición de hombre de pelo rubio y de ojos verdes; le conté mi descendencia alemana y vallenata, de mis viajes por el exterior, de mi condición de periodista, locutor, diseñador, editor, fotógrafo y presentador de radio y televisión.
Ella se limitó a presentarme a Jennifer su nieta, al único yerno que tenía y a hablarme de cosas que hoy encuentro desvanecidas por el tiempo en  esta memoria que camina hacia la senilidad a pasos agigantados.
A mi regreso a Valledupar y con el paso de los días tras una escabrosa relación de ajuste con Cecilia, un día de septiembre llamé a mi bella novia por teléfono y la encontré sollozando desesperadamente; allí supe que estaba sin suegra; un cáncer se la había llevado en el Hospital de Bocagrande; creí que la ineptitud de los médicos dejaron partir a mi suegra, pero callé después de oír los acontecimientos de los últimos momentos de su tratamiento en el centro asistencial.
Entre ir y venir a visitar a Cecilia conocí muchos detalles de esa hermosa mujer a quién me hubiese gustado tener al lado y disfrutarla como suegra-madre durante estos nueve años que llevo unido a su hija, a quien he enseñado y de quien he aprendido muchas cosas que en mi vida pasada hubiese mirado de otra forma.
Lo bonito de estos pensamientos y sujeciones, radica en la forma como nos hubiésemos querido,  no creo que hubiese sido indiferente a mis detalles, ni al cuidado como trato a su hija, pues a ella también la hubiera tratado igual, y si acaso mejor por su condición de mujer frágil a causa de los años vividos.
En todo caso hoy es día de la madre y a ella, tras el poco trato que nos brindamos y al sentir y ver como la amó mi Cecilia hermosa, yo también la hubiese querido con la misma fuerza que a mi madre.
Hoy es día
de la madre y a mi suegra en el más allá quiero hacerle llegar mi pensamiento plasmado en estas rimas que me salen del corazón y que el cerebro me permite plasmar en este escrito para expresar como la siento dentro de mi ser.
A la señora
Cecilia González de Buendía
GRACIAS POR HABER SIDO MADRE DEL SER QUE ADORO
QUE PARA MI ES UN TESORO.

SU AMOR DE MADRE NUNCA SE ACABARÁ, ACÁ ESTÁ SU HIJA
A QUIÉN DESEO MOSTRARLE QUE AUNQUE ELLA Y YO
ESTEMOS SIEMPRE JUNTOS;  USTED SIEMPRE  OCUPARÁ
DE SU CORAZÓN LA MAYOR PARTE.
GRACIAS POR SER LA MADRE DE MI ESPOSA,
PORQUE DE SU VIENTRE NACIÓ LA NIÑA MÁS HERMOSA.
GRACIAS POR HABERLA CUIDADO COMO UN TESORO,
Y PERMITIRME CUIDARLA DE ESE INSTANTE EN ADELANTE.
GRACIAS POR SU SONRISA EL DÍA QUE NOS CONOCIMOS
POR SUS GANAS DE VIVIR Y POR DESEARNOS EN SU SILENCIO
QUE FUÉSEMOS UNA FAMILIA MUY FELIZ, ASÍ SE LO PERCIBÍ